Encerrado en esta paradoja, sé con precisión cuántos millones de kilómetros me separan de la Tierra, y de la I.O.S., cada día más próxima, pero no tengo ni remota idea de la distancia que nos separa a ti y a mí de un final feliz. Cada día te escribiré, te lanzaré mi mensaje en un fotón-lanzadera, sin saber cuándo te llegará, si me añoras, si habrás remontado otro endiablado tsunami, si tendrás a alguien ya a tu lado que te ayude a olvidarme.
En medio del vacío te sigo amando, como ves, ahora a la velocidad de la luz.