Cuaderno de Bitácora

Cuando, quemada mi última nave, di todo por perdido y orillé aquí mis restos,

lo más digno del cuaderno de bitácora ha sido sin duda el reencuentro.

Saber todo al instante, pirata: tu tozuda búsqueda de una aventura que no fue tal, que lo fue todo.

Renunciar también tú a otros tesoros. Olvidar un mar de sueños náufragos, encerrados en una caracola.

Y caminar juntos frente a un sol de cobre que baña nuestro atardecer.

4. Odisea

Y hablando de odiseas, viene a mí la figura de Ulises, y su periplo por las islas del mar Egeo. En la Odisea, Ulises y sus nautas deben enfrentarse a múltiples peligros y criaturas míticas. También a la hechicera Circe, que atrae a sus hombres con buen vino y mujeres, y los acaba convirtiendo en cerdos. Aunque lograra escapar a sus hechizos, no deja de ser una historia cruel. Pero imagina que, tras robarles la memoria, los dejara libres. Imagina a Ulises navegando a la deriva por los mares de Grecia, hasta llegar por azar a Ítaca, donde su esposa Penélope lo recibiría con los brazos abiertos, y celebrarían el feliz regreso durante tres días. Pero Ulises no recuerda quién es, y apenas recala en la isla y se va de nuevo. Es cruel olvidar hasta ese punto, y estar tan cerca del hogar, y pasar de largo.

Y quién no tuvo alguna vez un sueño, un proyecto, pero la inercia de la vida, las responsabilidades sociales, laborales, familiares, lo fueron posponiendo, hasta hacerle olvidar por completo aquel propósito. Esto también le ha ocurrido a Paris. Aunque esta misión va a ayudarle a recordar, encontrando un hilo conductor que unificará y dará sentido a sus memorias olvidadas. Hallará una salida al complicado laberinto en que había convertido su vida. Esto va a suponer que, una vez superada su cuadrícula mental, su rango de frecuencias se amplíe hasta abargar las notas más agudas de su «canción».

 

MÁSCARAS

Al margen de tantas palabras falaces, retengo tus abrazos.

En el silencio del encuentro me bastaba tu mirada, reflejada en el zoom de mis pupilas.

Compartimos la sugestión de lo posible justo en la linea roja que trazaron para nosotros.

Quedémonos ahí mismo, tensando el vacío, al borde de un nudo.

Ya caerá la noche y con ella lo demás.

Nuestras sombras furtivas arroparán el desenlace.

Paris habilitado: sinopsis

Toda vivencia humana está salpicada de orillas secretas, olvidadas. Pero la luz que reverbera en ellas es tan intensa…

H accede a la historia de Paris Duserm: un geólogo de misión en Meridian II, estación puente en Ganímedes, donde la multinacional Cosmo & Orbion  realiza prospecciones. Entre labores de rastreo, tras su ruptura sentimental, Paris vive una zozobra personal tan profunda y aguda como la que sufre la Humanidad en su conjunto. Espoleado por su crisis, Paris pone a prueba la misión cuando en una de sus exploraciones se adentra a solas en la zona de exclusión. La insólita experiencia que allí vive abre para él una ventana a lo desconocido.

Apartado de la misión, y aterrado por percepciones que lo acosan, víctima de un brote psicótico, Paris es internado en el hospital de la Meridian a la espera de ser devuelto a la Tierra.  Para su sorpresa, recibe in extremis la inesperada visita de la comandante asesora Nidiria, a su regreso de Saturno. Le promete la vigencia de un contrato vitalicio si acepta unirse a Orbion en una segunda misión en Titán. En el sí del geólogo, pesa, más que cualquier otro motivo, la inesperada noticia de la pérdida de su pareja. Ya nada le retiene en la Ti

1. Frecuencias

La cabeza de fósforo de una cerilla sin encender, vibra en una frecuencia en algún valor entre 450 y 750 hercios. Si estamos en una habitación a oscuras, y encendemos la cerilla, sabemos que los electrones de sus átomos ampliarán y elevarán su vibración, en el rojo vivo, hasta ocupar todo el espectro visible y generar una llama de luz blanca. Los objetos tienen una frecuencia fija salvo si son calentados o transformados por alguna reacción química.

Pero esta historia no trata sobre objetos, trata de personajes. Los humanos también tenemos, en nuestro plano mental, un rango más o menos estable de frecuencia, aunque más flexible que nuestros cuerpos, y aunque a lo largo del día podemos columpiarnos en una montaña rusa de emociones y sentimientos, hay un factor que nos frena y nos ata a un rango muy ajustado.