DE LEYENDA

Han pasado años, como siglos, y vuelvo a soñar una ciudad de leyenda que no existe sino en mi.  Su arquitectura muda otra vez fachadas y cubiertas imponentes, recortadas contra un marco celeste. Trato de retener en fotos lo que nunca veré de nuevo bajo ese mismo tamiz. Retengo al despertar un sentido de admiración. Venero en secreto la intangible presencia de lo que, sin advertir, he construido en mi ser y ha de perdurar, como una leyenda. Lo que es por fuera es por dentro. En la noche como en el día. Así hablan los sueños.

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