
En verano de 2007 organicé una pequeñas vacaciones en el norte de Italia . Se trataba de un viaje turístico. La idea era conocer Lombardía, y tomando Milán como epicentro, moverme alrededor no más de 80 kms., durante 9 días. Al norte el lago Como, y Bérgamo al sur.
Cuando visité la ciudad alta de Bérgamo, dejando atrás el funicular, al pasear por aquellas calles que parecían transportarme en el tiempo a otra época, me resultó una experiencia tan evocadora que, con el piano de Ludovico Einaudi y su «Divenire» como fondo musical, me fue muy fácil imaginar a mis personajes deambular por las calles y plazas del corazón de la ciudad. Entonces tuve claro que era el lugar ideal para contar mi historia, para iniciar toda la trama que recorrería luego el lago Como y Milán, la capital del norte. Los tres, son escenarios de la novela. Aunque la historia también abarca La Spezia, y su «costa de los poetas», una región de Italia que mira al mar, donde pongo el broche final a esta historia.
