
Puedo amarte de tantas maneras… Tu solo elige una.
¿Quieres un amor protector, que lama tus heridas?
¿O uno salvaje y desatado que explore hasta el ahogo
los tesoros que guarda tu piel?
¿Te improviso un amor casual, que empiece y acabe en suspiros?
¿O mejor del día a día, pausado, comprometido?
Por contrato también me queda.
Lo entrego a destiempo, cuando no lo esperes, o bien precoz
con trazas de granate, como un deseo primerizo.
El amor celoso, ruin, que nos alejará
en aprietos, lo sirvo húmedo.
Y al fin, te reservo el Amor verdadero, sin condiciones,
entregado, en templos sagrados de traza bendita.
Elige un amor. O imagínalo.
Por probarlos todos tengo un surtido de amor en semana.
Pero si ninguno te convence déjame paso,
rueda a un lado, que el amor no florece en las piedras.