FIEBRE

Uno más en vagón de cola,

los demonios andan sueltos en la madrugada.

Entre el vaho que destila la noche,

mi fiebre supura sombras inquietantes.

Retuerces en mi abrazo tu oscura melena.

Esa mirada ebria acaricia algún rincón de mi memoria.

Cuando el vagón escupa su carga,

tú seguirás ahí, columpiándote en mi abismo.

Aún pareces susurrarme:

Por nuestros días felices

Marcar el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *