2. Un personaje

EILEN  RO

   Descartada la primera imagen de portada (La Puerta del Norte), para Genusa, opté por dar un giro significativo y enfocarme en el protagonista que acciona la trama. El retrato de Eilen Odeive, o Eilen Ro, está hecho a lápiz de color sobre papel, y contiene importantes atributos que nos hablan sobre el personaje y su historia, sobre su don. 

   Lo primero que llama la atención es que aparece con los ojos cerrados. En efecto, está viviendo su remembranza personal, navegando en un mar de réplicas. Un gonjo cubre su cabeza. La cubierta en azul y rosa nos remite a las cúpulas bulbosas, gallonadas, de Rusia. La sede principal de El Primiciado, y el Colegio Mayor de Remembranza se sitúan en Nu, el continente helado, y reciben estacionalmente el azote del norte: una granizada mortal. Las cúpulas y tejados de todos los edificios expuestos tienen una cubierta cerámica como protección. El bulbo central, rosado, del gonjo, hace referencia a la llama interna del conocimiento que ilumina la conciencia del primicio (remembrante).

   Sobre el ceñidor morado, cuelga en el frontal una hilera de tiras o lamas de cuero negro, que de forma simbólica recrean la distancia que, en lo personal, separa su presente de un pasado más o menos lejano en su existencia. Ahora bien, el sombrero está mutilado en su parte delantera. Eilen abandona El Primiciado, pero no sus disciplinas, que realiza en cambio a cielo abierto. Las finas tiras de cuero golpean su cara con el viento e interfieren en sus visiones, por lo que decide cortarlas. Pero no nos engañemos, detrás de este gesto irreverente hacia un objeto de singular valor y trascendencia para un primicio, hay toda una declaración de intenciones que definen al personaje.

   Por último, vemos cruzar su rostro un hilo de humo. Se trata del ceñime, «la hierba del recuerdo», que emplean los remembrantes en sus prácticas regulares para canalizar su trance en la remembranza.

Un lugar

EDAN- AISU:  LA PUERTA DEL NORTE

   Aunque es la editorial la que suele proponer una imagen de portada acorde a la trama de la novela que publica, en esta ocasión era consciente de que, al tratarse de un escenario totalmente original, me planteé la opción de elaborar yo mismo la imagen, ya que durante años me he dedicado a la pintura.

   La primera imagen que me vino a la mente fue un lugar emblemático de Océano, que además tiene un papel importante en el desarrollo de la trama. La puerta del norte, Edan-Aisu, también conocido como Éderan, es un conjunto monumental erigido en la isla imaginaria de Efrida. Se compone de dos manos alzadas de unos 10 metros de altura, con las palmas enfrentadas, y separadas entre sí sobre una plataforma circular, de manera que parecen acotar un espacio sobre el horizonte del Enure, el mar del norte, orientado así al círculo polar ártico. 

   Llama la atención de la escena una mancha vertical en el centro, blanquecina, que rompe la línea del horizonte. No se trata de un tifón, ni de ningún otro fenómeno meteorológico, ya que no estamos viendo ese lugar, sino que se trata de ese lugar contemplado por uno de los protagonistas bajo unas condiciones psicológicas especiales. 

   Al terminar este lienzo pintado al oleo, me di cuenta que era una imagen muy pobre para ilustrar mi novela. Algo tenía de los parajes minimalistas que se extienden por Islandia, o regiones similares. Tendría que crear otro referente más apropiado.

6. LA TRAMA

   Uyshin reclama la ayuda de Omuri-Su. Le confiesa, a su pesar, que su hermano Eilen-Ro regresó a casa por las fiestas de Renovación y no ha vuelto a su sede primicial en Sunoa. Unos días antes de su marcha abortada, ha hecho pública una declaración de soberanía por la que renuncia a El Primiciado, es decir, a todo: desde el orden vigente tras el Éxodo de La Erema, hasta su don único para navegar entre réplicas y retomar así un legado milenario. Se trata de un hecho insólito y grave, que no tiene precedentes en la historia de Océano.

   Uyshin pide a Omuri que acompañe a su hermano en un proceso de ruptura que puede poner en peligro el equilibrio del joven remembrante. Le ruega que ayude a su hermano a encontrar una nueva misión de vida, si es que la hay para él. 

   ¿Qué pudo ocurrirle a su hermano para que tomara esta decisión terminal? Eso quisiera saber Uyshin, y acude a Omuri por dos motivos: primero, porque Omuri instruyó a su hermano hace unos años, y segundo, porque Eilen sigue siendo aficionado a los trazados, aunque no esté facultado. Será esta la coartada para un reencuentro.

   Omuri acepta el compromiso, pero al hacerlo no sabe que está renovando un vínculo muy antiguo.

   Comienza así un viaje a lo largo de Océano. Un regalo con el que Eilen intentará alejarlo de los fantasmas invernales que le acechan. Un viaje, también, a través de la Gracia, el Silabario y sus siete dones.

5. Trazados

   De los cinco colegios menores, el más mediático de todos es el Colegio Profesional de Trazadores, aquel cuyos facultados tienen el don del ensueño. A través del sueño lúcido, tienen la capacidad de facilitar encuentros que revisten un carácter oficial. Ya sea de tipo científico, artístico, cultural, comercial y, por qué no, también sentimental. Se trataba con ello de facilitar una mayor cohesión entre todos los pueblos de Océano, superando las limitaciones del transporte aereo y marítimo, y dotándolo asi mismo de un matiz personal e íntimo, tan útil para circunstancias más delicadas.

   El trazador busca a su cliente en el espacio del ensueño. El fondo elegido por este no es un lienzo en blanco, sino algún lugar emblemático de Océano. Dado que hablamos de una civilización tecnológicamente avanzada, el Colegio de Trazadores regula los trazados mediante dispositivos electrónicos sofisticados conocidos como genoides. 

   La genoide tiene en superficie la forma de un poliedro regular: un dodecaedro formado por doce caras pentagonales. Cada una de esas caras es capaz de desplegar una genusa: una secuencia holográfica de precisión, con la que el trazador apuntala en su imaginario el lugar virtual del ensueño, y con ello el Colegio de Trazadores gestiona una parte del proceso. 

   Y es aquí donde aparece el protagonista de esta historia de ciencia-ficción: Omuri-Su, que durante años trabajó como trazador antes de hacerse instructor.

4. EL PRIMICIADO

   De los dos colegios Mayores, el segundo en importancia el el Colegio Mayor de Presencia: aquel cuyos facultados tienen la capacidad de vivir el presente, momento a momento. 

   Inicialmente, ambos colegios estaban unificados bajo la institución más relevante de Océano: El Primiciado. Los remembrantes dedicados a recordar y transcribir, los contempladores, apoyando a sus hermanos, clasificaban y archivaban todas esas memorias. El objetivo era que algún día, estas Memorias de la Humanidad, declarado Bien Inmaterial por su incalculable valor, salieran a la luz pública, para que todos los pueblos de Océano conocieran los mecanismos que regulan la existencia humana, a través de la secuencia de réplicas que la articulan. Sin embargo ha pasado más de un siglo desde el Éxodo de la Erema, y los sótanos de las sedes primiciales siguen guardando su tesoro. El lento proceso de digitalización, unido a las trabas burocráticas impuestas por El Primiciado, han detenido el proceso de apertura.

   Los maestros contempladores más veteranos, frustrados, han iniciado su lento éxodo particular, hacia parajes recónditos y apartados donde dedicarse por entero a la contemplación, bajo una excusa razonable: su misión de vida es sostener el oradi, conciencia colectiva de la humanidad.

3. Remembranza: un mar de réplicas

                                                                         EILEN-RO

   De los dos Colegios Mayores, el más relevante es el de Remembranza, aquel cuyos facultados tienen la capacidad de recordar vidas pasadas. 

   La sociedad de Océano es monógama. Se estudia en la juventud la pareja idonea que acompañará a cada hombre y mujer a lo largo de toda la vida, y el vínculo no se rompe. Entendiendo desde Remembranza que sus facultados viven un proceso de transformación vital continuo a lo largo de su vida, asumen que no son aptos para la vida en pareja, por lo que establecen el celibato. No solo eso, admiten que lo mejor es que el remembrante viva interno en su sede, dedicado al arte de recordar.

   Es aquí donde aparece el protagonista que acciona la trama: Eilen-Ro. La parte más trascendente de sus «disciplinas» consiste en practicar la Remembranza. El gonjo sobre su cabeza recrea la distancia simbólica que separa el presente de un pasado más o menos lejano. Comienza así a navegar en un mar de «réplicas» (vidas pasadas) para retomar un legado milenario.

   Pero ese mar de réplicas, más pronto que tarde, se ha convertido para Eilen en un mar tempestuoso en el que teme naufragar.